A los 17 años, Susan Tong decidió que quería ser bombera. Tras pasar la entrevista y los exámenes correspondientes, ella pudo ingresar a la institución con la que había soñado años atrás.
“Cuando yo llegué éramos 7 u 8 mujeres. Ahora, en mi bomba somos como 30 y 7,000 a nivel nacional. Definitivamente, la participación de la mujer ha aumentado”, comentó.
Susan dedica sus horas de sueño a la compañía de bomberos. Además de trabajar y ser madre de familia, ella siente una responsabilidad de ayudar en una emergencia con sus compañeros.
“Dejo a mis hijos durmiendo, voy a la bomba y vuelvo al día siguiente, con el pan. Y nadie sintió mi ausencia”, comentó en Capital Tong.
Susan conduce los camiones de emergencia de los bomberos. Cuando suena la sirena, ella sabe que tiene segundos para llegar al asiento del piloto y mover esa máquina de más de 19 toneladas por la ciudad.
“Cada segundo cuenta. Podemos estar conversando de lo más normal, pero cuando suena la alerta, dejamos todo y partimos”, mencionó.
Susan cuenta que su paso por la institución le ha dado un significado especial a su vida. “Invito a otras mujeres a que se animen a postular y cumplir sus sueños. No tenemos por qué limitarnos”, expresó.