La final entre Alianza Lima y Sporting Cristal había terminado. Los íntimos, cabizbajos, partían hacia los vestuarios con los rostros graves, desencajados mientras que los rimenses, la otra cara de la moneda, celebraban eufóricamente el título del Clausura entre ellos, con la tribuna, con todos.
Entonces fue cuando entregaron la copa a los jugadores celestes y estos corrieron hacia la tribuna norte donde estaban apostados la mayoría de hinchas de Cristal. Irven Ávila la cargaba y saltaba cantando junto a sus compañeros; de pronto, esta se quebro ante la sorpresa del resto del equipo que también celebraba.
Aquí te dejamos las imágenes del incómodo y curioso momento.